ZAPATERO PROPONE UN PACTO SOBRE EL EMPLEO

José Luis Rodríguez Zapatero, candidato a seguir en el cargo de presidente del Gobierno, ha dicho el domingo pasado en un mitin que lo primero que hará, si gana las elecciones, será convocar a los sindicatos y las organizaciones empresariales para poner en marcha un pacto sobre el empleo estable en España. De momento me interesa precisar lo siguiente: 1) las campañas están para hacer propuestas electorales, 2) un acuerdo de esas características tiene una gran importancia. De manera que no seré yo quien saque el latiguillo de afirmar que es una promesa o propuesta de carácter electoralista. ¿Para qué, están las elecciones si no es para proponer a la sociedad unos planteamientos que deben ser liderados por sus grupos políticos y llevados a la práctica por el equipo que resulte llamado a gobernar?


Ahora bien, hay otra pregunta que no puede obviarse: ya que estamos ante una necesidad de tanta arboladura, la calidad del empleo y el empleo estable, ¿por qué no ha sido propuesto por el gobierno en esta legislatura que ya ha finalizado? No será por falta de ganas por parte de los sujetos sociales, y no será porque no lo han reclamado en numerosas ocasiones durante estos últimos cuatro años. No tengo empacho en manifestar que se ha perdido un tiempo valioso en esta legislatura, al menos en este asunto tan esencial.


Tengo para mí que la propuesta de Zapatero no es insincera. Es más, diré que, en ese aspecto, me parece más positiva que los planteamientos de Weltroni en el programa electoral del Partito democratico italiano. Pero, partiendo de que la oferta no es insincera, repito: ¿por qué se han dejado pasar estos cuatro años?


De haberse aprovechado más el tiempo, se puede decir como hipótesis que estaríamos en mejores condiciones, de un lado, y, de otro lado, se contaría con más amortizadores para `contener´ los efectos más indeseables de una hipotética recesión.


... Por lo demás, de un tiempo a esta parte se está consolidando una tendencia de acusada improvisación en la mayoría de las ofertas electorales. En el siguiente sentido: lo que se propone aparece de repente, súbitamente, con poca o nula relación con lo que se ha planteado en la legislatura que acaba. Poco o nada tienen que ver determinadas propuestas electorales, de tipo estelar, que hace el gobierno con su reciente biografía. Y, tres cuartos de lo mismo, se puede decir de la oposición. Se trata de una técnica un tanto filibustera o francotiradora, que busca más el impacto emocional que el llamamiento a una meditación sosegada. Tal vez por eso el segmento de los llamados indecisos tiene las proporciones que conocemos. En aproximada conclusión, el resultado electoral no es tanto la conclusión de una biografía de los últimos cuatro años sino más bien la consecuencia de algunos chillidos de última hora.


Sea como fuere, es de esperar que Zapatero llame a la negociación al día siguiente de formar gobierno. De momento, todavía en plena campaña, seguro que está en condiciones de ofrecer un anticipo acerca de las materias que piensa proponer. Sin improvisaciones, claro.


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