15-11-2007 - La inflación en nuestro país mantiene desde hace una larga temporada una evolución negativa para los intereses de los trabajadores y las trabajadoras y de las empresas españolas, al empeorar el poder adquisitivo de las personas con menos posibilidades de proteger sus intereses y limitar la capacidad de competir de los bienes y servicios nacionales. Este factor es uno de los que explican el profundo deterioro de la balanza de pagos con el exterior (déficit en la balanza comercial del 8,1% del PIB).
El dato anticipado de la inflación en octubre, facilitado por el Instituto Nacional de Estadística, sitúa en el 3,6% el crecimiento de los precios en los últimos doce meses. Conocidos los escasos márgenes de maniobra en los dos meses restantes para finalizar el año, se puede concluir que la evolución de los precios españoles en 2007 será un año más, desfavorable (alrededor del 3,5% para el conjunto del año), ocho décimas superior a la del año precedente.
La subida del precio del petróleo no es causa suficiente para tan mal resultado, ya que si bien ha incrementado su precio en un porcentaje muy elevado, la subida se limita bastante –ocho por ciento- gracias a la apreciación de la moneda única europea. La subida, por otra parte, es extensible a todos los países europeos y, sin embargo, en ellos, la evolución del índice general de precios es más comedida.
El resultado de la inflación subyacente que no tiene en cuenta ni los productos energéticos ni los alimentos no elaborados, se sitúa en un 3,1% hasta septiembre, lo que refleja una falta de control sobre los precios internos y muestra que los problemas de precios en España no se limitan a factores externos. La inflación en nuestro país también tiene que ver con un proceso de formación de precios deficiente, donde los empresarios de determinadas ramas de actividad disponen de un poder excesivo, que les permite fijar unos precios muy alejados del valor real de los bienes y servicios que ponen en circulación en el mercado.
La evolución de los precios de bienes de primera necesidad (alimentos, vivienda, enseñanza) es, además, peor que el índice general con una penalización mayor para las personas con menor nivel de renta que, de manera obligada, deben dedicar una proporción superior de sus ingresos a la compra de estos productos. En el presente ejercicio se va a producir una nueva diferencia en los precios con los países que componen la zona euro, hasta acumular once puntos en la última década, con la consiguiente repercusión negativa en las posibilidades de competir en el principal mercado exportador español.
La economía española muestra síntomas cada vez más evidentes de agotamiento del modelo productivo utilizado en la actual fase de crecimiento económico. El necesario cambio de patrón productivo, es un proceso con bastantes dificultades, que entre otros factores necesita del control de precios para transitar hacia la producción de bienes y servicios con mayor valor añadido.
En esta situación, la Confederación Sindical de Comisiones Obreras, urge al Gobierno a dejar de utilizar justificaciones que no se corresponden con la realidad, a abandonar su pasividad en este terreno y a adoptar medidas que eviten las privilegiadas posiciones de las empresas en las ramas de actividad donde se observan las mayores subidas en los precios, garantizando un mayor nivel de competencia. Al mismo tiempo, emplaza a los sectores empresariales de las ramas más inflacionistas a comprometerse con el control de los precios, tal y como figura en el Acuerdo para la Negociación Colectiva, que empresarios y sindicato hemos suscrito. De otra manera, las posibilidades de crecimiento de nuestra economía se ensombrecerán aún más y se resentirá toda la sociedad española y especialmente los sectores menos favorecidos.
Por nuestra parte, CCOO continuará reivindicando, en el marco de la negociación colectiva, una mejora moderada del poder adquisitivo de los salarios y la extensión en los convenios de las cláusulas de revisión salarial.
Por último, queremos dejar constancia de que la responsabilidad del movimiento sindical no servirá de nada si los poderes públicos no toman las medidas necesarias para poner freno a la situación descrita.
CCOO
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