jueves, 12 de julio de 2007

Cinco muertes en accidente laboral en un solo día

El trabajo no deja de cobrarse vidas. Los accidentes de trabajo constituyen la mayor lacra del mercado laboral, con unas 1.000 muertes al año.

El trabajo no deja de cobrarse vidas. Cinco personas fallecieron ayer en el desempeño de su labor en una jornada fatídica que se suma a las ocurridas recientemente en Madrid y Almería. La cifra supera la media por día laborable y se centra en la construcción, uno de los sectores con mayor siniestralidad. Los accidentes de trabajo constituyen la mayor lacra del mercado laboral, con unas 1.000 muertes al año.

En Córdoba, Antonio, natural de Baena, murió a las nueve de la mañana mientras realizaba labores de limpieza y acondicionamiento del techo de una nave en un polígono industrial de Luque. Antonio rondaba los 40 años, estaba casado y tenía una hija que acaba de hacer su primera comunión. La muerte le llegó cuando retiraba unos cascotes y pisó una placa traslúcida que cedió. Se precipitó al interior de la nave desde una altura de entre ocho y 10 metros. Según los primeros datos, no llevaba el arnés de seguridad. Antonio trabajaba en una empresa dedicada a acondicionar este tipo de cubiertas. Los dueños habían subcontratado a la empresa en la que estaba empleado para que preparara las instalaciones.

Un poco antes, en Pontevedra, un obrero de la construcción, J.S.P., falleció tras caer desde una altura de 10 metros. El accidentado, de nacionalidad portuguesa y 43 años, trabajaba en una obra cercana a los juzgados de A Parda cuando se precipitó al vacío por el hueco previsto para el ascensor al romperse la tabla sobre la que se encontraba.

El operario trabajaba junto a una cuadrilla lusa en un edificio de la empresa catalana Construcciones Exisa S.A. a través de una subcontrata, una situación frecuente en los últimos accidentes registrados, y que los líderes sindicales han puesto de manifiesto para denunciar el exceso de subcontratas. La Inspección de Trabajo ya ha abierto una investigación.

La entrada de la autopista AP-7 fue también escenario de un accidente en Girona. Se produjo a las 13.42 y se cobró la vida de Félix Fernández Foradada, de 44 años. Según fuentes de la investigación, el conductor de la máquina compactadora no se dio cuenta de que detrás había un compañero y en una marcha atrás, lo arrolló. La víctima, separado y con un hijo, trabajaba para la empresa Asfaltos Eurogrup SL, con sede en Sabadell. La compañía declinó realizar declaraciones sobre lo sucedido. Una empleada de la gasolinera más cercana a la autopista llegó a la C-35 10 minutos después del accidente: "Había helicópteros, ambulancias, policía. Los obreros estaban en silencio, hechos polvo".

Fuera de la construcción murió un trabajador en el municipio castellonense de Alcalà de Xivert. De origen magrebí, con 43 años y dos hijos, trabajaba en una fábrica de mármoles en la que, al parecer, falló la sujeción de la maquinaria que transporta las piezas en la nave. Según fuentes sindicales, una pieza se partió y una de las partes cayó sobre él y falleció pese a la reanimación. Tras varios años viviendo en la población, era considerado un "hombre trabajador". Antes de la fábrica de mármoles, había trabajado en la construcción.El quinto fallecido se produjo en Teruel. Se trata de un hombre de 50 años al que le explotó un cohete antigranizo mientras trabajaba en el acondicionamiento de una masía en la localidad de La Puebla de Valverde.

LA VANGUARDIA

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